viernes, 24 de junio de 2011

¡ BRUJAS !









Brujería

Para otros usos de este término, véase Brujería (desambiguación) y Bruja (desambiguación).

Brujería es el conjunto de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidos a ciertas
 personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente)
 que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con la finalidad de
 causar daño.
La creencia en la brujería es común en numerosas culturas desde la más remota antigüedad,
 y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra.
 En el Occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en elDiablo,
 especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería
 que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se 
denomina "caza de brujas"). Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones
 paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada.
 Las brujas tienen una gran importancia en elfolclore de muchas culturas, y forman parte
 de la cultura popular.
Si bien éste es el concepto más frecuente del término "bruja", desde el siglo XX el término
 ha sido reivindicado por sectas ocultistas yreligiones neopaganas, como la Wicca, para
 designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica
 (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión.
Un uso más extenso del término se emplea para designar, en determinadas sociedades,
 a los magos o chamanes.


La brujería es una pervivencia de la antigua religión ritual y matriarcal de la época neolítica.
 Forma parte de los cultos a la Gran Madre, diosa de la fecundidad sexual y agrícola, y se sustenta
 en símbolos como la figura cornuda de un hechicero provisto del asta del animal que cazaba y 
adoraba su comunidad.
 El documento eclesiástico del siglo XII Canon Episcopi relacionaba la brujería
 con el culto a la diosa Diana (la diosa de la mitología romana más próxima a la Gran Madre) y
 comnsideraba a las brujas "mujeres desamparadas, pervertidas por Satanás" que no volaban ni 
se transformaban en bestias más que en sus fantasías.

 La posición de la iglesia cambió a finales
 del siglo XV. ¿Por qué? El autor apunta razones como que la Iglesia se había consolidado ya lo
 suficiente tras sus luchas contra las herejías o que las brujas se habían hecho más peligrosas religiosa y políticamente. Hay teorías incluso de que formaban un movimiento social más o menos organizado, que
 se basan en documentos como el Evangelio de las Brujas, libro antiguo, aunque de fecha exacta desconocida, 
que salió a la luz a finales del siglo diecinueve.

 En 1484 el papa Inocencio III promulga una bula que da inicio a una caza de brujas que duraría dos siglos y que llevaría a la hoguera a cientos de miles de personas, la 
mayoría totalmente inocentes, en los países del centro y el norte de Europa (mucho menos en los países
 totalmente católicos como Italia y España). Los inquisidores Sprenger y Kramer publican en 1486 el Malleus Maleficarum o Martillo de las Brujas, que instruye a los cazadores de brujas de todo el mundo.

 En ese libro las brujas pasan de ser seguidoras de Diana descarriadas por el diablo a ser directamente
 adoradoras de Satanás. Sus vuelos, metamorfosis y magias no son una fantasía, sino reales y el que diga
 lo contrario corre el riesgo de ser declarado hereje. Además, este manual ignoró o invirtió todos los códigos
 existentes de jurisprudencia al permitir, con la excusa de que el diablo impediría que en un proceso judicial
 normal se pudiera descubrir la culpabilidad de sus súbditos, que cualquiera denuncie sin pruebas y basarlo
 todo en una confesión arrancada con la tortura, en la que además la acusada se limita a aceptar lo que
 dicen de ella. Así la mayoría de las actas que se conservan son confesiones de supuestos crímenes
 muy parecidos unos a otros.

 La correcta y amena narración de la historia de la brujería que hace el autor se detiene a analizar casos
 particulares de esos dos siglos de persecución: delaciones, procedimientos de interrogatorio y tortura y
 hasta facturas de las costas de los juicios. El último capítulo está dedicado a los conventículos de brujas
 y brujos de nuestra época recogiendo declaraciones de algunas: "Nuestros dioses no son omnipotentes,
 necesitan nuestra ayuda", afirma una para explicar los rituales. Estos grupos no tienen nada que ver con 
el satanismo sino con los ritos precristianos de los pueblos europeos. Tienen nombres de guerra,
 sacados de las lenguas escandinavas y celtas, practican ceremonias que llevan a cabo en desnudez y
 se mantienen en secreto sin hacer proselitismo.


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Salem 

Un Pueblo ubicado en la Bahía de Massachussets, antes conocido como Nueva Inglaterra, lo que hoy se denomina Danvers, en Boston.
Esta historia se remonta al siglo XVII, corría el año 1692. Hablamos de la época en la cual existía la famosa Inquisición creada por la Iglesia, que no dudaba en “ echarle mano" a los que consideraba herejes o pecadores.
Salem es actualmente un punto turístico que recibe 800.000 turistas al año para conocer esta historia.
Historia - Las Brujas de Salem
¿Que significó ser bruja en ese tiempo histórico?
Según la ley británica, base de la estructura legal de Massachussets (siglo XVII), practicar brujerías era un delito contra la autoridad estatal.
Bastaba con una acusación para que los supuestos practicantes de brujerías sean enjuiciados y llevados a la horca.
Había una gran diferencia entre ser "afligido" y "acusado", ya que los afligidos habían sido supuestamente poseídos y atormentados por el demonio. Estos afligidos gritaban, en medio de su posesión, los nombres de los que los poseían, acusando así a las personas de brujería.
Mediante un juicio se establecía la culpabilidad y acusación de las brujas por los atormentados y eran ejecutadas en la horca (las victimas no fueron sólo mujeres, también hombres y niños).





Los origenes de la brujeria
La brujería es tan antigua como la necesidad humana de seguridad y está tan unida a las creencias
 religiosas que no puede sino asombrarnos que durante siglos se haya insistido en vilipendiar a
 una para alabar las bondades de la otra, como si realmente fueran tan distintas.
 Si tuviésemos que trazar una línea divisoria entre brujería o magia y religión lo más
 acertado sería decir que el sacerdote o el santo es el mago oficial mientras que el brujo es
 el mago extraoficial.
La práctica mágico-religiosa es simplemente una respuesta, bien institucional (el milagro) bien
 popular (el maleficio, el conjuro) a un grupo de acontecimientos concretos que afectan a la vida
 del hombre y que éste no controla y muchas veces tampoco entiende: amor, fertilidad, riqueza,
 azar, fenómenos meteorológicos, poder...

¿Seres monstruosos o hadas protectoras?


En el mundo griego existieron diferentes tipos de brujas, destacando dos: la alcahueta decrépita,
 horrorosa y perversa que se aprovechaba de seres inocentes y desamparados, como la Dipsas de Ovidio y
 la Strix, una bella mujer que de noche se transformaba en pájaro y volaba en busca de carne humana.
La capacidad de la bruja de metamorfosearse en animal junto a la habilidad para preparar y utilizar 
todo tipo de venenos y el desproporcionado apetito sexual, son otros de los atributos con los que la
 antigüedad clásica "adornó" a la bruja; atributos que la Edad Media hizo suyos. Y, sin embargo, la
 bruja es también el ser benigno, protector de las cosechas y los nacimientos, garante de la
 prosperidad de la comunidad. En su ambivalencia y su cercanía reside su éxito.




El cristianismo pretendió desterrar la brujería pero sin mucho éxito pues las comunidades,
 especialmente las rurales, donde la implantación del cristianismo duró siglos, continuaron
 acudiendo en busca de ayuda a esas personas que, apoyadas por la tradición, se creía que podían
 curar (conocedoras de las virtudes de las plantas y de algunas técnicas rudimentarias de medicina
 ancestral) y controlar los fenómenos atmosféricos en beneficio humano.
Comprendido el nivel de arraigo de las viejas tradiciones el cristianismo optó por sincretizarse a
l enemigo para así poder controlarlo. De este modo los dioses paganos se confundieron con el dios
 cristiano que construyó sus templos sobre los antiguos santuarios y superpuso sus fiestas al calendario
 pagano.
No es de extrañar, pues, que mientras los Padres de la Iglesia clamaban contra los maleficios, las
 prácticas de magia agraria o los cultos a las aguas y los bosques, se continuaran presentando ofrendas
 a las ninfas, se ofrecieran libaciones y sacrificios a los muertos o se comerciara con los supuestos poderes
 infernales de plantas y animales, muchas veces creyendo en Cristo, pero no en el Cristo de las altas jerarquías eclesiásticas, sino en un dios que compartía su poder con todo un universo mágico-religioso.




Leyendas


Según cuentan algunas leyendas, las brujas se reunían dos veces al año: una el 30 de abril, y otra el 31 de octubre, víspera de todos los Santos. Convocadas por las fuerzas del mal, acudían en estas fechas a la cita montadas en sus escobas, para participar en los aquelarres y aprender nuevos hechizos. 
Bruja Parada
Pero... ¿qué tiene que ver la noche de Halloween con las brujas y sus escobas? La respuesta es que el 31 de octubre, día de Halloween era la víspera del año nuevo para la brujería. Se decía que esa noche, todos los poderes de la brujería estaban más potenciados. Incluso, hay personas que creen que si durante esa noche te colocas la ropa al revés y caminas hacia atrás se te podría aparecer una bruja. 

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Los gatos negros también son muy característicos entre las creencias de esta fiesta.

 Se dice que los gatos negros esa noche son brujas disfrazadas, que utilizan a este animal
 para pasar desapercibidas. Por eso, en Halloween se advierte que si te cruzas con un gato
 negro la mala suerte caerá sin remedio sobre ti... ¿sin remedio? Noooo, también hay un antídoto: si
 das siete pasos hacia atrás, la maldición se romperá.
Salem, es un pueblo de Estados Unidos, que también tiene mucho que ver en las supersticiones
 que rodean la fiesta de Halloween. En este lugar, hace mucos años, se llevó a cabo una cacería de brujas.
 El cuento dice que alguien las vio montadas en su escoba y escapándo del exterminio.
 También se cuenta que la noche de Halloween salen a volar y que es más fácil verlas que cualquier
 otro día. ¡No te asustes! son sólo leyendas.




 ‘La Bruja de Blair’

Durante el mes de febrero del año 1785, en el pueblo llamado Blair (Maryland, Estados Unidos), unos niños denunciaron que una anciana del lugar, llamada Elly Kedward, los había engañado para que fuesen a su casa, donde procedió a extraerles sangre. Los niños denunciaron el hecho en cuanto tuvieron contacto con sus padres, y ellos hicieron lo propio ante las autoridades del lugar.
Ante la evidencia (las heridas de los niños), los habitantes de Blair reaccionaron con asombrosa rapidez: de acuerdo con las normas y leyes del lugar, la expulsaron del pueblo, aunque de una forma muy sádica: Kedward fue atada a una pequeña carretilla, y en ella fue empujada hasta los bosques del lugar, para luego ser abandonada a su suerte en un invierno que fue especialmente crudo. Los lugareños dieron por hecho que la supuesta bruja habría muerto de frío, hambre, o de alguna otra forma, por lo que no se preocuparon demasiado, cometiendo un error fatal.
En noviembre de 1786, más de un año después del abandono de Elly Kedward, la hija del magistrado de Blair desapareció sin dejar rastros durante la primera noche en que nevó. Una semana más tarde, sucedió lo mismo con el principal acusador de Kedward. Pero eso no fue todo, sino que, para el final del invierno, casi la mitad de los niños del pueblo habían desaparecido misteriosamente, incluyendo a todos los que denunciaron a la bruja. Temiendo una maldición, gran parte de los habitantes de Blair huyeron en cuanto mejoró el tiempo y juraron no volver a pronunciar el nombre de Elly Kedward.
En noviembre de 1809 se publica el libro titulado El Culto a la Bruja de Blair. Es una historia de ficción barata en cuanto a calidad, en la que se cuenta la historia de un pueblo llamado Blair que se encuentra bajo la maldición de una bruja llamada Elly Kedward. Según el libro, la bruja es cazada y quemada por sus crímenes.
En 1824 se funda Burkittsville, sobre el antiguo asentamiento de Blair, aunque ninguno de sus fundadores conocen la antigua historia del lugar. No hubo indicios de brujería hasta agosto de 1825: una decena de vecinos de Burkittsville aseguran que del río que cruza la localidad sale una mano de una mujer extremadamente pálida. La gente comienza a investigar pero la mano desaparece misteriosamente; sin embargo, nadie puede evitar que Eilleen Treacle, una niña de diez años, se sumergiera en el río. Nadie jamás volvió a verla, pero desde su desaparición, el arrollo se vio obstruido por una increíble cantidad de ramas grasientas que afectaban la potabilidad y pureza del agua. Un lugareño muere al poco tiempo, pero su defunción se atribuye a la contaminación del río.
Mucho tiempo después, en marzo de 1886, desaparece una niña de ocho años llamada Ravin Weaver. Varios equipos de salvamento son enviados a buscarla. Ravin regresa, pero no sucede lo mismo con uno de los grupos de rescate. Pocas semanas después los cuerpos de aquel grupo son encontrados en un lugar llamado Coffin Rock. Los cadáveres estaban atados entre sí en forma pentagonal, y todos habían sido brutalmente destripados.





Pero no hubo otro suceso misterioso hasta más de cincuenta años después: siete niños desaparecen entre noviembre de 1940 y marzo de 1941. Ese mismo mes, un ermitaño llamado Rustin Parr acude al mercado del pueblo y grita “por fin he terminado“. Nadie pudo descifrar el significado de estas palabras en el momento, ni sonsacar más información a Parr, hasta que la policía del lugar es llevada por él mismo hasta su cabaña, donde Parr aseguraba que entenderían todo. Después de cuatro horas de caminata por el bosque (el mismo en el cual había sido abandonada Elly Kedward) llegan a la cabaña de Parr, descubriendo allí los cadáveres de los siete niños, colocados en siete tumbas. Tras exhumar los cuerpos, se descubren símbolos de violencia, y algunos se hallaban destripados, como si su asesinato hubiese formado parte de un ritual diabólico. Parr es condenado por el asesinato de los siete niños, aunque éste jamás abandona su explicación: dice que podía escuchar una voz en su mente, la voz de una anciana, que lo dirigió en todo momento. Parr es ejecutado en la horca.
La gente del lugar cuenta que Parr, una vez secuestrados los niños, los llevaba de a dos al sótano de la cabaña. Allí, colocaba uno en un rincón, porque no podía soportar sus miradas. Mataba al que estaba junto a él, y luego hacía lo propio con el que se encontraba en el rincón.




En octubre de 1994, un grupo de cineastas se muestra interesado en esta leyenda urbana, decidiendo hacer un documental para investigar su veracidad. Sus nombres son Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams. En su afán por recolectar la mayor cantidad de información posible, deciden entrevistar a los habitantes de Burkittsville, entre los cuales se encuentra Mary Brown: una anciana que es tomada por loca en esa población. Brown asegura que un día, mientras observaba el cielo recostada en un montón de hojas del bosque, sintió una extraña presencia junto a ella. Cuenta que pudo ver a una extraña mujer totalmente cubierta de pelo, resultado de una mezcla entre un humano y una bestia. Brown asegura que la mujer en cuestión era Elly Kedward, la bruja de Blair.
El 21 de octubre, los tres cineastas se adentran en el bosque del lugar con el objetivo de encontrar Coffin Rock, el lugar donde se realizó la extraña masacre de un grupo de rescate.




Los estudiantes de cine debían de haber regresado el día 23; sin embargo, llegó el 25 de octubre, y no hubo ningún rastro de ellos. Las autoridades encuentran el coche de Joshua Leonard al borde de la carretera. Un día después, los familiares de los desaparecidos denuncian la situación. La policía del estado de Maryland se encarga de la búsqueda, acción que es llevada a cabo durante tres días por un total de cien hombres, aunque no encuentran rastros de ellos.
El 16 de octubre de 1995, un estudiante de antropología encuentra varios elementos de filmación que, supieron después de ver las cintas, fueron utilizados por los tres cineastas para realizar el documental. Las cosas estaban enterradas bajo una vieja cabaña; la misma en la que habían matado a los siete niños. No hay rastro de los cuerpos de los estudiantes.
La policía ve las cintas de filmación y determina que, en efecto, pertenecieron al grupo de estudiantes de cine. Realizaron una recopilación de algunas escenas de ellas, que fueron entregadas a los familiares. Sin embargo, la investigación no avanza, por supuesta falta de pruebas. Un año más tarde se hace publico un segundo fragmento de la filmación, pero la investigación sigue sin avanzar.
Finalmente, el caso se da por cerrado. Las familias reciben la totalidad de las filmaciones, pero los cuerpos de Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams jamás fueron encontrados.