El día 7 de julio, coincidiendo con el séptimo día del séptimo mes en su origen mes lunar, pero desde el cambio de calendario es el séptimo mes solar. Su origen está en una leyenda china sobre el encuentro de dos estrellas, Altair (牽牛, Katsujiro) yVega (織女, Shokujo), también conocida como Orihime (織姫), que están separadas durante el resto del año por la Vía Láctea (天の河, amanogawa).
En la era de Nara (710 - 784) esta costumbre es introducida desde china dentro de la nobleza por medio de la religión. En la era Edo (1603 - 1867) una de las formas primitivas de celebrarla consistía en atar tiras de papel (tanzaku) de cinco colores (rojo, verde, amarillo, blanco y negro) que representan los 5 elementos (fuego, madera, tierra, metal y agua, respectivamente) con poemas de alabanza a los amantes a cañas de bambú recién cortadas y colocarlas en los tejados de las casas; una vez
acabada la fiesta se recogían y se arrojaban al río o corriente más
cercano.
En la actualidad para esta celebración se cuelgan papeles en los que se han escrito deseos con la esperanza de que se cumplan. Estos papeles en las escuelas se suelen colgar en los pasillos y en casa y jardines en los árboles. Esta festividad también se celebra
en parques, bosques y por las calles.

Existen varias canciones relacionadas con el Tanabata, alguna de las cuales datan del siglo XVI. En la actualidad, una de las más conocidas es:
笹の葉 さらさら(Sasa no ha sara sara)
Las hojas de bambú susurran
軒端に揺れる (Nokiba ni yureru)
meciéndose en el alero del tejado
お星様 きらきら(O-hoshi-sama kira kira)
Las estrellas brillan
金銀 砂子 (Kingin sunago)
en los granos de arena dorados y plateados
五色の短冊 (Goshiki no tanzaku)
La tiras de papel de cinco colores
私が書いた (Watashi ga kaita)
ya las he escrito
お星様 きらきら (O-hoshi-sama kira-kira)
Las estrella brillan
空から見てる (Sora kara miteru)
nos miran desde el cielo
Finalmente os dejo con la leyenda china de la que proviene la festividad japonesa llamada Tanabata es la siguiente:
Hace mucho, mucho tiempo vivió una hermosa joven llamada Orihime, hija del rey del Cielo. Cuenta la leyenda que Orihime disfrutaba tejiendo vestidos para su padre y encontraba en esta actividad todo lo que podía desear para ser feliz. Así pasaba plácidamente los días en la Llanura Alta del Cielo, absorbida en su trabajo y al ritmo del monótono sonido de la lanzadera del telar. Pero una mañana, al dirigirse al telar,Orihime vio a un joven y apuesto pastor de bueyes llamado Hikoboshi y se enamoró perdidamente de él. Aunque mantuvieron el romance en secreto, el rey del Cielo advirtió en su hija el amor que sentía por Hikoboshi y les unió en matrimonio.
 
Sin embargo, la felicidad no iba a durar mucho. Su apasionado amor y el indescriptible gozo que sentían por el mero hecho de estar juntos provocó que descuidaran sus deberes; Orihime dejó de tejer y Hikoboshi abandonó los bueyes a su suerte. Si en un principio el rey del Cielo toleró con indulgencia este comportamiento, no tardó en tener que tomar medidas drásticas ante el caríe que había adquirido la situación. Fue así como castigó a los dos amantes y los separó para siempre convirtiéndolos en estrellas. Pero separar a dos enamorados por toda la eternidad sin perspectivas de reencontrarse era demasiado cruel; así que les fue concedida la posibilidad de volver a verse una noche cada año, la noche del séptimo día del séptimo mes. Esa noche las urracas acuden a volar sobre el río Celestial y con las alas totalmente desplegadas forman un puente por el que Hikoboshi cruza el río camino de los brazos de su amada. Terminada la noche, él vuelve a su trabajo de pastor de bueyes y ella se queda tejiendo, anhelando ambos el próximo reencuentro.
Desgraciadamente para los amantes, su encuentro anual depende de las condiciones meteorológicas: si esa noche está despejada, también lo estará el camino que les unirá. Pero si esa noche llueve, la crecida del río Celestial impedirá a las urracas formar el puente.
 
La lluvia de esa noche es más triste que las de las demás noches y por ello se llama la lluvia de las lágrimas.